La vuelta al cole y el aumento de casos de coronavirus está poniendo en evidencia la falta de liderazgo y desenmascarando como pusilánimes a los políticos por los que nos dejamos gobernar.
Si no fuera por la profesión que tuvieron a bien llevar a cabo, nos daría exactamente igual que fueran unos cobardes y unos medrosos, pero es que se presentaron voluntarios haciendo creer que tenían una idea de ciudad ideal, de proyectos para mejorar esta sociedad y no ha sido así.
De nuevo, el coronavirus destapa otra gran mentira, que no son más que unos cantamañanas que les había venido todo de cara y ahora, ante la única gran crisis que van a tener que enfrentar se arrugan como cobardes.
Todos los representantes públicos estaban cómodamente sentados en sus sillones años tras año poniendo la mano y dejándose adormecer por la tranquilidad que da tener la billetera llena y no tener que rendir cuentas a nadie. Porque sí, los políticos del 3/4 que nos gobiernan no rendían cuentas más que a sí mismos y a sus compañeros de politiqueo.
Pero, ha llegado la pandemia que todo lo muestra y los ha desnudando frente a la sociedad para exhibirlos como mediocres ciudadanos que vestían un traje que les venía grande.
En estos días inciertos se echa de menos a ese líder que con un discurso propio se erija en defensor de los ciudadanos.
Si de verdad alguien entra en política pensando en trabajar para los ciudadanos y luchar para conseguir lo mejor para ellos, ahora mismo estaría haciendo manifestaciones más parecidas a las siguientes que a las que proclaman:
“Yo, fulanito de tal, reconozco que mi comunidad no tiene dinero suficiente para asegurar la vuelta al cole. Porque aunque lo tuviera y se adoptarán más y mejores medidas, tampoco sé podría asegurar la no infección de mis ciudadanos en el ámbito escolar.
Es por ello, que debiéndome a todos mi ciudadanos, no solo a los que van al colegio, si no a los que trabajan o están en el paro, los mayores, y los menores, los que tienen más medios y los que no, a todos… en esta comunidad autónoma no van a comenzar las clases.
Porque la salud de todos los integrantes de una sociedad prima por encima de cualquier otra cosa y, porque y esto va para los padres, vuestros hijos tampoco son Einstein y van a seguir siendo igual de idiotas que el año pasado.
Porque la formación os ha importado tres narices y solo queríais un lugar a resguardo en donde dejar a vuestras criaturas, porque los colegios decidisteis hace tiempo en convertirlos en guarderías, y no en centros de conocimiento.
Así que, tranquilos porque vuestros hijos no van a ser más ignorantes de lo que ya son gracias a vuestro empeño día tras día en no educarlos. Por lo tanto, no comenzará el colegio presencial ya que preferimos niños ignorantes vivos, que niños ignorantes enfermos”.
Sí, ya sé que suena bestia, muy bestia, pero para quien mira más allá de las palabras, verá que de lo que se trata es de tomar las medidas sin miedo, tener la decencia de responsabilizarse de la toma de decisiones y obrar para salir del atolladero aunque sea con medidas no populares.
Si no hay dinero para luces de Navidad este año, no se pone ni una bombilla y se compra material sanitario y se dice así, se comunica a los ciudadanos: este año no hay fiestas y el dinero va para esto y para lo otro.
Se suspende todo lo superfluo y se invierte en ayudas a los comercios, a los parados, a las familias, a los sanitarios y a rescatar a las personas de la situación en la que se ven inmersas.
¿Populismo? me importa un pimiento, quién huye de discursos resolutivos por miedo al qué dirán porque lo tachen de una cosa u otra, lo que demuestra es que no es un líder, y, para nuestra desgracia, estamos siendo maltratados por pusilánimes.

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