Hay una pregunta que seguro os han hecho alguna vez: ¿Qué te llevarías a una isla desierta?
Pues bien, a esta consabida pregunta ahora vamos a hacer grande otra: ¿Quién debería sobrevivir en caso de accidente de avión?
A ver, ¿por qué de avión y no de otro medio de transporte? Bueno, porque el avión es como más espectacular y porque a la mayoría de los que leáis esto seguro que recordáis películas como la de Naufrago (con la pelotita de Tom Hanks), Perdidos (serie con la que nos tomaron el pelo) o Viven (basada en hechos reales y semiprecuela de Canibal).
Aclarado esto. Imaginad que vais en un avión con otros tantos pasajeros y que el aparato se precipita inexorablemente y se estrella, por ejemplo, en una isla. De todos los pasajeros ¿Quién debería sobrevivir por el bien del resto?
Pues ya os lo digo yo, cualquiera menos los de marketing.
Los de marketing solo sirven de carne para los demás. Por lo tanto, en su último momento sobre la tierra serían de utilidad porque, y aquí está la cuestión, ¿para qué sirve alguien de marketing?… ¡¡¡PARA NADA!!!
Son como el apéndice para el organismo o como los mosquitos en el verano, no sirven nada más que para incordiar.
Estas viendo una peli, y hala, tanda de anuncios. ¿creada por quién? Por los de marketing.
Estás escuchando la radio, para los más jóvenes Spotify, y quien interrumpe…los de marketing.
Estás con tu periódico digital y, ¿Quién te acosa?, los de marketing.
[bctt tweet=”Los de #marketing no sirven ¡¡¡PARA NADA!!! Son como el apéndice para el organismo o como los mosquitos en el verano, no sirven nada más que para incordiar. :)” username=””]
Es cierto que los de marketing no son más que los esclavos de las marcas, sean estas del tamaño que sean, pero qué le vamos a hacer, también podrían haber elegido otro quehacer. Porque, sinceramente, en caso de desastre, ¿salvaríais a uno de marketing o a un médico? Si se cae un avión, ¿preferiríais sobrevivir junto a un agricultor o junto a un hacedor de anuncios? Pues eso, los de marketing solo sirven para ser el aperitivo de los que de verdad hacen por la evolución humana.
Los de marketing son como los niños con un estuche de colores, muchos folios y mucho tiempo libre. Les hacen creer que son imaginativos, que pueden cambiar el mundo y que son unos artistas por reconocer. Pues no, los de marketing no son más que vende humos de las empresas que bucean en las miserias humanas y en los instintos primarios de sus iguales para convencerles de que la mejor opción en esta vida es CONSUMIR.
Los publicistas, los equipos de marketing, son los voceros de unos manos que pretenden manipular al común de los mortales, ¿por amor a la humanidad?, no, por amor al dinero, o, en su defecto, por amor al poder.
Los hay de muchos tipos, los que se encargan de que compres un determinado producto como si fuera el santo grial o la fuente de la eterna juventud y están los que se dedican a dar forma a un especie de líder salvador de nuestra sociedad. Estos son los peores, y los más peligrosos, porque son los rasputines de este campo de batalla oculto a los ojos de los que están mirando el producto, que los otros de marketing les están enseñando para comprar.
El marketing, la publicidad, se ha introducido tanto en nuestra sociedad que resulta imposible descubrir cuando nos están vendiendo y cuando nos están comprando.
Los de marketing quieren insistir tanto que están haciendo un favor enseñando lo que hay que comprar que lo envuelven en papeles sentimentales porque por sí solo, no vale.
Ya no hay que vender un producto, hay que vender una historia…mira iros a la mierda todos y dejad de apelar al sentimiento para vender una puta hamburguesa o un refresco que nos convierte en adictos al azúcar y en enfermos crónicos.
[bctt tweet=”Ya no hay que vender un producto, hay que vender una historia…mira iros a la mierda y dejad de apelar al sentimiento para vender una p*** hamburguesa o un refresco que nos convierte en adictos al azúcar y en enfermos crónicos.” username=””]
El bombardeo del marketing apelando a los estados de ánimo, al pellizco en el estómago, a la lágrima fácil es vergonzoso. Si esos anuncios vienen encima por parte de bancos o seguros, es que ya es vomitivo. El capitalismo hablando de emociones. Los depredadores de esta sociedad haciéndose pasar por corderos, ¿¡de verdad nos tomáis por gilipollas!? De verdad, equipos de marketing de bancos, ¿os creéis que la persona desahuciada, por quien os paga, está creyéndose vuestro slogan?
¿De verdad pensáis que a quien no tiene dinero para pagar el recibo de la luz le estáis llegando al corazón con vuestros anuncios de Iberdrola y campos verdes? ¿Sois idiotas, os lo hacéis, o es que nos tomáis a nosotros, los consumidos, por seres acerebrados?
Espero que alguien, un día, deje de repetir que para convencer al consumidor hay que apelar a sus sentimientos porque lo que estáis haciendo es fingir lo que no sois.
Y, a ti, carne de consumidor, un consejo: ¡espabila!
El marketing en publicidad no tiene como fin tu felicidad, sino sacarte el dinero para que compres productos que no necesitas o a unos precios que no lo valen. Deja de consumirte en esas luces de brilli-brilli, en esa musiquita que busca tocar la fibra y en esas familias de sonrisas y rostros felices que no existen. Porque tú, alma cándida, no vas a encontrar ni la felicidad ni la recompensa a través de un bote de suavizante ni lavándote el pelo con el champú de tal marca.
Lo peor es que esos seres golumnianos, conocidos como los de marketing, no se han quedado únicamente en el campo de la “venta de objetos” porque ahora cualquier cosa es convertible en “producto” incluidos los seres vivos conocidos como “humanos”.
[bctt tweet=”Lo peor es que esos seres golumnianos, conocidos como los de #marketing, no se han quedado únicamente en el campo de la “venta de objetos” porque ahora cualquier cosa es convertible en “producto” incluidos los seres humanos.” username=””]
El marketing forma parte de cualquier espectáculo. Da igual que sea la creación de un/a adolescente con ganas de ser ídolo musical, de un/a deportista que despunta o de un/a señor/a que quiere tener un partido político con el que dominarnos a todos/as.
Cualquier ser humano puede convertirse en un producto publicitario. Pero, recordemos: lo que tiene la necesidad de ser expuesto, de “venderse” es porque por sí mismo no tiene ningún valor.
La construcción de cualquier cantante no es más que la creación de un negocio, no es música. Y, lo mismo con cualquier señorono/a que quiere ver su cuerpo esculpido en piedra vigilando desde la plaza de la ciudad.
[bctt tweet=”Lo que tiene la necesidad de ser expuesto, de “venderse” es porque por sí mismo no tiene ningún valor. #marketing” username=””]
Los de marketing deberían empezar a respetar más a los que tienen que “convencer” con sus mensajes y dejar de vender humo, aunque eso suponga el fin de su especie o de su nómina.
En el caso de que acaben sin amo al que obedecer, propongo que se comience la campaña “adopta a un publicista, él no lo haría”.
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