Vivir para recordar. Así siento mi vida en estos precisos momentos. Ahora que ella se ha ido, que ha cerrado la puerta. Ahora que me ha dejado con mi soledad. Vivir para recordar…

No había duda de que llegaría el día en que el amor se aproximara de puntillas a mi vida. Se acercó en forma de mujer y yo, ajena a cualquier beneplácito social, me acerqué a ella sin miedo a quemarme en el laberinto del infierno. No anduve muy rápida de reflejos y me dejé seducir cayendo sin querer evitarlo en donde todo el mundo está destinado a caer.

Me detuve en seco cuando la vi, sin ser pájaro parecía poseer las alas que la elevaban a unos pocos centímetros del suelo. Alas de espléndidos colores, desde el negro al blanco, como los estuches que teníamos cuando niños, todos los colores estaban dispuestos en aquellas alas invisibles, no de ángel, no de pájaro, sino de un ser que tuvo que existir en otra vida y que mitológicamente tendría un nombre.

Así se me presentó la primera vez y yo ajena al estudio de la cultura clásica y al sentimentalismo, me imaginé secuestrada por aquella criatura y ya me veía viviendo en un paraíso de manzanas y serpientes encantadas…

La segunda vez que se cruzó en mi camino se escabulló rápidamente de mi lado y se alejó veloz. Y yo me quedé sentada en la acera esperando que volviera a pasar. Después de mucho esperar me di cuenta de que esperar no tenía sentido y que hubiera sido más eficaz haberla perseguido, cual Alicia, y atravesar puertas de distintos tamaños hasta dar con ella, o en su defecto, arriesgarme a ser atrapada en el castillo de la reina de corazones… y poner en juego mi cordura y mi cabeza, ambas dos, dicho sea de paso, perdidas ya por completo.

La tercera vez que la encontré la abordé. Así sin más, me acerqué, le pregunté si quería un café, y tomarlo conmigo. Me miró y sin contestar siguió su camino. Desplante que más tarde sería perdonado y olvidado.

Cuando se decidió a tomar café conmigo, a mí me apetecía acariciarla. Y cuando ella quiso besarme…a mí no me apetecía café.

Ese es el amor, esas son todas las historias de todos los amantes del mundo. Una historia de encuentros y desencuentros, de caminos que chocan, que se entrelazan, que se alejan, que se atan, que se pierden…