El 19 de octubre fue el Día Mundial contra el Cáncer de Mama. Empresas, políticos, colectivos, celebridades y personas de a pie mostraron su preocupación y solidaridad por quienes sufren la enfermedad.
En la mayoría de los discursos se hablaba de valientes, de luchadoras, de ejemplo de vida, como si tener cáncer hubiera sido una elección personal para jugar a vida o muerte con una enfermedad, del mismo modo que si eligieras subir el Himalaya para ver si ganas tú o la montaña.
No quiero hablar de la lucha contra el cáncer de mama en particular sino del cáncer en general, porque es una putada que las personas que sufren otro tipo de cáncer no tengan su día, su lacito y la felicitación de todo el mundo por ser héroes de deslumbrante armadura que luchan por su vida.
A todas esas personas que tenéis cáncer “sin más”, os jodéis, del mismo modo que si tienes una enfermedad del corazón, del páncreas, neurológica o la que sea que no tiene ni día ni patrocinadores pero sí fecha en el calendario para poner fin a vuestra existencia.
Hasta para tener una enfermedad tienes que tener suerte porque si no estás en las guays no tendrás carreras solidarias, ni visibilidad, ni te dirán lo valiente que eres. Ahí te pudras tú solo.
Pero volvamos al cáncer, porque mi pregunta es, ¿visibilidad o postureo?.
He visto lazos rosas en solapas de políticos que han trabajado con ahínco hasta conseguir recortar en sanidad pública y empobrecer a clínicas y hospitales en el área de atención, prevención y detención de cáncer.
Lazos que deberían clavárseles como agujas en el pecho si tuvieran un mínimo de conciencia por no proporcionar los medios y recursos necesarios para que la investigación contra el cáncer sea más efectiva.
Por otro lado no he dejado de oír que quienes tienen cáncer son unos valientes y unos luchadores y que se puede vencer. ¡Claro que sí!, lástima que mi padre y mi hermana no tuvieran ganas de luchar contra él y se dejaran morir, porque, al parecer, solo hay que querer curarse para vencer al puto cáncer.
¡Con dos cojones, sí señor!, el peso de vivir o morir se lo encasquetamos al enfermo. Si te mueres de cáncer que sepas que es porque no has luchado lo suficiente, porque eres un blando y no le has plantado cara como hacen otros que sí que han podido vencerlo.
¿De verdad sois capaces de quedaros impasibles ante estos discursos en donde la supervivencia depende de la lucha de la persona enferma contra la enfermedad como si se tratara de una cruzada personal?, pues con razón los políticos no dedican presupuesto a la investigación, si total la supervivencia de un enfermo con cáncer no depende de la medicina, ni de la prevención, ni de los profesionales que trabajan por mejorar la vida de las personas que lo padecen o están recuperándose.
Si todo depende de ser valiente y fuerte, pues a cerrar los pabellones de oncología y cada uno a su casa a luchar, y si te mueres, pues haber luchado con más fuerza.
La próxima vez que haya un día contra el cáncer en general o alguno en particular, recordad que acabar con el cáncer no depende del enfermo, él está jugándose la propia vida, depende de lo que las instituciones y el resto de los ciudadanos hagamos para erradicarlo o, al menos, conseguir que la balanza se incline del lado de los vivos y no de el de la Parca.
Que ya sé que la actitud ante una enfermedad es importante para recuperarse, pero es que estamos hablando de cáncer, no de un esguince de tobillo.
Que nadie elige tener cáncer para darle un vuelco a su vida y aprender a tomarse las cosas de otra manera o valorar lo que realmente importa, hay otros medios para conseguir eso y que no pasan por jugarse la vida. Tener cáncer no se elige.
El cáncer es la enfermedad que nos ha tocado vivir en este momento histórico de la vida. En siglos pasados te enfrentabas a la peste, la tuberculosis o el cólera, en la actualidad, pocos nos libraremos de padecer un cáncer. ¿Cuál?, eso la rueda de la fortuna nos lo dirá.
Y, sabiendo esto, la próxima vez que se celebre el día contra el cáncer, ¿nos pondremos un lazo o saldremos en manifestación a la calle a decirle a las instituciones que queremos que dediquen presupuestos a las áreas de oncología, a los centros de investigación, a las asociaciones de ayuda, y a todos aquellos que de verdad quieren soluciones y no postureo?

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21/10/2018 a las 9:04 am
Bravísimo! No podía estar más de acuerdo, se me saltan las lágrimas de indignación y empatía.
Ya está bien de tanta tontería.
De seguir culpabilizando a los enfermos (por no ser valientes, por dejarse vencer), de seguir convirtiéndoles en abanderados de una causa (la que sea más cool, porque claro, no tiene el mismo glamour un cáncer de pecho, que uno colorectal).
Por favor, ya cansa escuchar hablar de luchas, de vencedores y vencidos.
He llegado a leer, que el cáncer (o cualquier enfermedad) es una llamada de atención de tu energía vital, por no saber gestionar las emociones.
Cuando tu cuerpo “falla”, luchas por vivir. Está claro.
Pero -como enferma- me considero una privilegiada, que ha tenido mala suerte, sí, pero solo tengo que desplazarme a un hospital a recibir los “mejores” tratamientos.
Parw mí, ser una luchadora, es otra cosa.
21/10/2018 a las 9:28 am
Tienes razón Virginia, ser luchadora es otra cosa. No podemos relacionarlo con ningún tipo de enfermedad. Ahora está la frase hecha de “Ha perdido la batalla contra él cáncer” (o cualquier otra enfermedad, incluso las degenerativas), como si de verdad se tratara de ir a un campo de batalla a luchar o como si eligieras estar enfermo.
Gracias por tu tiempo para detenerte a leer el artículo y por tu comentario.
23/10/2018 a las 5:06 am
Muy de acuerdo con lo que escribes. Se propaga la moda de convertir a los enfermos de cáncer en héroes y a los que se les recomienda que luchen contra la enfermedad, como si ellos dependiera el sanar. Un absurdo que encierra una idea neoliberal de la vida y de la enfermedad.
Hace dos años me diagnosticaron cáncer y puedo decir que no soy un héroe que venció. Soy una persona normal que tuvo el infortunio de caer enfermo y la gran suerte de ser diagnosticado a tiempo por un equipo médico y sanitario de la sanidad pública que consiguieron derrotar al cáncer que yo padecía. Si en esta historia hay héroe son ellos; los investigadores, los médicos y el personal sanitario.
Los que hemos padecido cáncer somos simples pacientes con mala suerte. He llevado una vida ordenada; no he sido fumador ni bebedor, he practicado distintos deportes con regularidad y siempre cuidé la comida. Y sin embargo, un día noto que algo no marcha como debiera, acudo al médico, me diagnostican, me operan y aquí sigo. ¿Dónde está mi heroicidad?
Gracias por tu cordura y valentía por escribir contracorriente.
25/10/2018 a las 6:51 pm
Juan, sinceramente, me ha emocionado leer tu comentario. Gracias por tu franqueza y tú capacidad de crítica cuando eres parte implicada.
Un saludo…nos leemos.