Desde que se abrió el último sobre con el último voto hace unos meses, desde que se ha preferido ser fiel al partido antes que a los principios y desde que los lobos pactan con los cazadores, no dejan de oírse y leerse frases como: “ni un paso atrás”, “no hay cunetas para tantos maricones”, “ellos la quitan nosotros la ponemos”, “no nos callarán”…y tantas otras frases más cerca del marketing que de la cruda realidad.

Todas esas frases pronunciadas desde el envalentonamiento que ofrecen las redes sociales y del bienquedacionismo de muchos, lamento deciros, que son mentira.

Nos callarán y nos matarán, porque ellos son capaces de matar y, es cierto, que puede que no nos maten a todos pero, solamente un muerto es ya la muerte de muchos.

Mujeres, lesbianas y gays estamos en la diana como en otro momento lo estuvieron los guardias civiles, los políticos o los escoltas. Ahora que un terrorismo había desaparecido se despierta en el horizonte al que nunca se había combatido: el terrorismo hacia la mujer, las lesbianas y los maricones. Yo tengo dos de tres, además de feminista e izquierdista, así que tengo la diana apuntando a mi cabeza.

Podéis poner la bandera arcoiris, podéis seguir con los slogan, podéis poner caras de compungidos…, la realidad es que los lobos han pactado con los cazadores y ellos no dudarán en manchar con sangre sus manos.

La realidad es que los talibanes de puro en boca, águila en la cabeza y botas disimuladas han entrado a los estamentos que rigen, dirigen y conforman las leyes de este país de sujetos mediocres e infelices que votan a quienes, en su discurso, les señalan a los culpables de sus tristes vidas.

En esta España,siempre cainista, si un hombre no folla es por culpa de las feministas que le comen la cabeza al resto de las mujeres, si un hombre no trabaja es porque los negros le quitan el trabajo, si un hombre no prospera es porque todas las ayudas se las llevan los inmigrantes…y así hasta el infinito. Porque su mediocridad, estupidez, ignorancia o zafiedad, no tienen nada que ver con su destino. Si él es un infeliz es por culpa de las feministas, de los maricones y de los inmigrantes.

“No tenemos miedo”. Pues yo sí, yo sí que tengo miedo porque estamos en pleno proceso de involución.

Ya se ha comenzado a prohibir la representación de obras de teatro, Orlando de Virginia Woolf, por ejemplo.

Ya se está negando el machismo y la violencia que este ejerce contra las mujeres, y se niega, eliminando la palabra, erradicando su uso, echando la llave a las concejalías de igualdad y/o contra la violencia de género.

España, de nuevo, cara al sol para cegarnos a todos y dejar de ver las injusticias que traerán y las justicias que nos arrebatarán.

No todos los talibanes llevan turbante ni todas las mujeres sometidas llevan burka.

España, triste España. Se acabarán los Lorca y los Machado; las Gloria Fuertes y las Campoamor.

Volverán los oscuros cuervos a nuestros balcones sus nidos a colgar.

Y los que hoy son aliados, mañana puede que sean traidores. Y los que hoy enarbolan las banderas de la diversidad, mañana serán Torquemadas que señalarán para su salvación. Ellos, ellas, no tendrán la culpa de señalar porque, quién no quiere seguir vivo aunque sea en un triste país fascista.

España convertida en ese Sisifo eterno conquistando derechos humanos para luego perderlos y vuelta a empezar.

Sólo queda la esperanza de que nada es eterno y que en esta España en blanco y negro brotará la semilla de la rebelión. Pero, por qué sufrir, por qué perder para tener que volver a conquistar la dignidad.


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